viernes, 23 de mayo de 2008

¿Y si el maldito Boca juega las Eliminatorias?

Pueden decir lo que quieran. Que no representa en nada a los que tenemos el paladar negro. Que juega mejor o peor. Que todavía no ganó nada este año. Que no siempre es una máquina. Que depende mucho de un solo jugador....Pero Boca es...Boca. No hay palabra que los defina mejor. Es un equipo que, con sólo usar su camiseta azul y oro, hace que a los rivales les tiemblen las piernas y sus jugadores, sean de la calidad que sean, se potencien al máximo y rindan mejor que en cualquier otro club. Así, Riquelme se transforma en Pelé; Palermo, en Van Basten; Dátolo, en el Beto Alonso; Battaglia, en Redondo; o Palacio, en Garrincha o Eusebio. Increíble, pero real.
Entonces, ya que el seleccionado argentino está tan necesitado de esa mística ganadora y de cosechar algún título de los importantes, de los que perduran en las vitrinas, ¿por qué directamente no juega Boca las Eliminatorias Sudamericanas representando a la Argentina y después, va derechito rumbo a Sudáfrica? Si seguro que gana. Sólo faltaría cambiar la camiseta. Al menos, ya que los colores no se pueden tocar, que le pongan las franjas horizontales....capaz que así....

viernes, 9 de mayo de 2008

Mente superior (Ramón), domina a mente inferior (Simeone)

En mi posteo anterior dije que era de River. Imaginen entonces cómo me siento el día después. O la semana después, Superclásico y choques con San Lorenzo mediante. Pero el 2 a 2 con el Ciclón, me dejó el paladar en terapia intensiva.Es que el del equipo de Simeone no fue un problema meramente futbolístico (aunque no juega a nada). Fue, sobre todo, una cuestión de actitud. Fue el choque clarito entre una mentalidad ganadora, contra una nerviosa, confundida y anárquica. Apenas por eso, San Lorenzo está hoy en los cuartos de final de la Copa Libertadores y River, no.Es que en lo futbolístico, los dos equipos son similares. Tienen un esquema parecido e individualidades en niveles parejos. Dos buenos arqueros, con personalidad. Defensas firmes, a veces, y regaladas, en otras oportunidades. Un mediocampo de mucha entrega, vértigo, sin pausa ni orden, y dos atacantes de área, peligrosos en el salto. 4-4-2 clásico, sin ninguna ciencia.¿Cuál fue la diferencia? La cabeza. Y en un equipo, la cabeza tiene más que ver con el que está afuera, que con los de adentro. Y ahí aparecen los técnicos y su importancia. Ramón Díaz nunca perdió la fe. Pese a sus muecas de fastidio, nunca le transmitió preocupación ni impaciencia a sus jugadores. Los arengó a seguir adelante, a buscar, a dejar todo. Viéndolo a él, parecía que la hazaña era posible. Porque con 2 a 0 abajo, en el Monumental, por la Copa y con dos jugadores menos, lo que pasó anoche fue una verdadera proeza de los jugadores del “Ciclón”.Por el otro lado, un Diego Simeone que ya venía mal de la semana, después de perder el Superclásico. Estaba de malhumor. Escondió cartas que después ni él encontró porque no se vio nada distinto en un River que fue tan timorato y falto de recursos como contra Boca. También, como Ramón, arengó a su plantel, pero con nervios, con desesperación. Y eso se nota en la cancha. Confusión, desorden, sin brújula, sin nadie que tome la batuta y dirija la orquesta. Porque batuta no es lo mismo que lanza. El “Cholo” los llevó a tomar la lanza, a ir al frente como sea, a matar o morir. Y River murió. Nunca un equipo como el “Millonario”, de su capacidad y con individualidades suficientes, puede dejarse empatar como ayer en el que era el partido del año, hasta este momento.Sí, fue sólo una cuestión de actitud. Mente superior (Ramón), dominó a mente inferior (Simeone). Ahora, San Lorenzo sí puede soñar. Si superó todos los obstáculos que tuvo contra River, puede quedarse tranquilo que hay personalidad suficiente como para llegar bien lejos.

jueves, 24 de abril de 2008

Por fin un auténtico paladar negro en Independiente

Yo no soy de Independiene. Soy de River. Sí, ya sé que el auténtico paladar negro, por tradición, es el de los hinchas del Rojo. Pero los Millonarios lo adoptamos hace rato y, entre los dos clubes, solemos prestarnos la bandera del jogo bonito. Aunque hace rato que ninguno la pueda llevar bien alto, al menos tratamos de pedir a los que dirigen las instituciones y los planteles que hagan algo por el bien de la tribuna.
Hecha esta salvedad, celebro la llegada de Claudio Borghi al fútbol vernáculo. ¿Se acuerdan del Bichi? Los de mi generación, los nacidos en los 70, sabemos que el que dentro de unos días se calzará el buzo de DT de los de Avellaneda, era un exquisito defensor del buen fútbol, el del potrero, el que llena la vista. Si hasta repatentó la vieja rabona, de tanto hacerla en los partidos.
Claro, su cuna fue (cuándo no, fuente de talentos eternos) Argentinos Juniors, con quien brillò en la Libertadores del 85 y fue la figura del memorable partido que los Bichos Colorados perdieron con la Juventus por penales. Después de un paso por Europa sin estridencias, lo disfrutamos un poco los de River, los del Rojo, los de Huracán, los de Platense, varios clubes en Chile...
Y ahora en Colo Colo mostró sus buenas intenciones como DT. Ojalá que en Independiente pueda hacer que se juegue bien, algo que no pasa hace rato.
Alcemos las copas por el arribo de un auténtico exponente del paladar negro. De uno que sabe con la pelota y de qué se trata ir hacia adelante con elegancia y virtuosismo.
Salud Bichi, mire bien lo que tiene, vea en las inferiores del Rojo qué se puede sacar y dele a Daniel Montenegro, Ismael Sosa y al Patito Rodrìguez los compañeros que se merecen. Confío en usted, vea que los de paladar negro no tenemos últimamente mucho de dónde agarrarnos.

miércoles, 2 de abril de 2008

No se equivoque Carrizo, eso no es fútbol

¿Cuál es la gracia, señor Carrizo? ¿Para qué hace eso ¿Le gusta ser el aguafiestas todo el tiempo? Discúlpeme que me meta en lo suyo, pero el fútbol no es eso. Si cada intento rival de vulnerar su valla va a ser abortado por usted, ¿para qué estamos nosotros, los espectadores, los que sólo intentamos pasar un buen rato y disfrutar de la esencia de este noble deporte? ¿Qué cuál es? La de hacer goles. La única razón de ser del fútbol es....hacer goles. Y cuanto más lindos, mejor.
Pero no, a usted nada de eso le importa. Cada avance peligroso del equipo de enfrente, choca con su intolerancia. De cabeza, de jugada, de tiro libre, hasta de penal....De todas las maneras posibles, allí está usted para arruinarlo todo. Siempre atento, siempre concentrado....¿es que nunca se va a distraer? ¿Nunca un desliz? ¿Siempre así, tan perfectito, tan insoportablemente eficaz para ahogarnos cualquier esperanza de gozar con un gol....Vuela de palo a palo, tapa con los pies, sale en los centros, no vacila, tiene un imán....¡¡¡Basta, Carrizo!!!
Entienda que así no es el fútbol....Además de caños, chilenas, taquitos, amagues y pisaditas....queremos goles. No traicione más a nuestro paladar. Afloje un poco. Mire para el costado un rato y deje que las cosas pasen. Ayúdenos, Carrizo, déjenos ser felices.
PD: Román, volvé pronto....Nada es lo que era si vos no estás.

lunes, 24 de marzo de 2008

Vos seguí Alexis, aguantá, no aflojes...

Aflojen un poco. No puede ser que en el fútbol argentino no se pueda pisar la pelota que ya vienen los compadritos de siempre a tratar de copar la parada. Alexis Sánchez es de potrero, nació para jugar a la pelota, lo disfruta, lo siente en el alma, le brota por los poros, le guste a quien le guste. El tipo la mueve, la pisa, amaga, intenta siempre (si, también es egoísta, pero asi suelen ser los habilidosos). Pero acá, cuando alguien hace algo distinto, te hace pasar de largo, te mete un caño o la pone bajo la suela para ver si se la podés sacar, los rivales reaccionan mal. Como pasó este domingo con los jugadores de Vélez cuando perdieron 2 a 0 con River, dejando el invicto y la punta. El chileno les pintó la cara en el primer tiempo y no se la aguantaron. Le pegaron hasta el cansancio. Pero él demostró que es guapo y no de la boca para afuera. Es guapo con la pelota, que es lo que vale en el fútbol.
Claro, siempre está el que argumenta: "¿Por qué no la pisa cuando va perdiendo? O ¿Por qué no tira caños cuando juega de visitante?". ¿Eso es un argumento? ¿No vale jugar bien cuando uno gana? ¿No vale tener la pelota y gozar cuando el rival no tiene con qué lastimarnos? ¿Sí vale pegar patadas?
Por favor, el fútbol hay que gozarlo....los de adentro y los de afuera....Y si los que no saben no se la bancan, que se vayan, que se dediquen a otra cosa y que nos dejen a nosotros ser felices.
Alexis, no me afloje, no se asuste con los energúmenos que vienen directo a quebrarlo, usted siga con su gambeta, su pisadita y sus caños....salte las patadas y deje que los demás hablen mientras usted y nosotros disfrutamos.

sábado, 22 de marzo de 2008

Se me desgarró el paladar

Que es lento, que lateraliza, que juega para atrás, que "me pone nervioso", que "es un amargo, siempre con esa cara", que tiene mal carácter, que se lleva mal con los técnicos, que no pone ganas en las prácticas...Uf, si se dirán cosas de Román Riquelme. Pero lo cierto es que, en el fútbol argentino (y habría que revisar detenidamente el de los demás países), el diez de Boca y preferido del Coco Basile, es el único que sabe a lo que juega.
Cabeza levantada, pelota bajo la suela, no hay nadie igual. Ni siquiera parecido. Román hace magia con la pelota. No se esconde, como muchos. La pide siempre (no me vengan que contra Alemania no aportó o que es un pecho frìo y esa cantinela....¿o se olvidan de que la Copa Libertadores 2007 la ganó él solito?). La mueve, la hace correr. No corre él, atolondrado, con la pelota. La pelota es la que corre, suave, feliz, por toda la cancha. ¿lateraliza? Claro, abre la cancha, hace jugar al resto. Pero cuando verticaliza, ¿quién lo para? ¿Quién tiene su panomara? Nadie. La pisa, quiebra la cintura y la pone en un ángulo. O te deja pagando con un caño monumental (¿te acordás Yepes). Mira para un lado, la pasa para el otro dejando tres defensores en el camino y al delantero solito para que haga lo suyo, si sabe. Construye paredes todo el tiempo. Te la da redonda. Aunque claro, si al que tiene al lado es Dátolo, es un problema.
Lo cierto es que una de mis únicas esperanzas, o el único que me garantizaba que algo bueno podía pasar en 90 minutos que suelen ser un suplicio, se rompió por tratar de arreglar los desastres que hacían sus compañeros. Se desgarró Román. Casi un mes sin él. Se desgarró mi paladar. Voy a buscar hielo....el Coco necesita un whisky.

lunes, 17 de marzo de 2008

Así no, Racing....así no

Claro. A mí solo se me ocurre intentar defender momentos deportivos de paladar negro si lo que más observo es el torneo argentino. Uno se predispone el domingo para "una tarde de buen fútbol", como decían los comentaristas de antes. Se sienta frente a la tele y piensa: "River-Racing y Huracán-Boca....algo tengo que encontrar que me sirva para pelear por el buen gusto...." Pero como habrán visto, nada de eso. Dos bodrios. ¿Será cierto que algún iluminado dijo alguna vez que el resultado perfecto es el 0 a 0?....¿Qué habrá tomado antes de decir eso?
Pero quiero detenerme, como lo hice en mi texto anterior, en las actitudes. Racing solía ser, allá lejos y hace tiempo, un equipo temible. Y, a pesar de sus vaivenes y sus crisis, enfrentarlo siempre conllevaba cierto temor a los rivales. Ayer, la actitud del equipo de Micó fue triste. No buscó nunca ganar el partido. Nunca. Está bien, me dirá más de uno que conoce sus limitaciones. Sabe que dentro del plantel, con un club golpeado, no hay mucho para hacer. Pero lo que mostraron ayer en la cancha de River no es fútbol. Jugaron a otra cosa. Pero no al fútbol que todos queremos disfrutar.
Del otro lado, mucha actitud ganadora. El Cholo Simeone agarró la lanza desde afuera y se la pasó todo el partido dando indicaciones al mejor estilo Ramón: "Vamos...atacá, atacá...!!!!!!!!!!!!!!", se desgañitaba a viva voz. Y River atacó. Con muchas dificultades, dependiendo mucho de los centros a Abreu, pero por lo menos tuvo algún vestigio de paladar negro en la actitud.
Eso sí, hubo chispazos en alguna gambte ade Ortega mientras estuvo en cancha, un quiebre de cintura de Abreu para dejar desairado al arquero Navarro, mucho vértigo de Buonanotte y los amagues del chileno Sánchez. Algo es algo, pero muy poco.
Igual Boca. Bien por la actitud, pero poco más para destacar. Riquelme hace algunos partidos que está lejos de deleitarnos. Y de Palermo no vamos a esperar grandes lujos, ¿no?
Como no veo todo, espero que alguien me ayude a ver en otros partidos, en otros deportes, actitudes que ameriten ser llamadas "de paladar negro". Bienvenidas las colaboraciones.