miércoles, 12 de marzo de 2008

"Vamos....vamos", Ramón

Ir al frente también es tener paladar negro. Por eso el grito de “Vamos, vamos...” de Ramón Díaz en el partido que San Lorenzo le ganó al Real Potosí, acompañado por u gesto con las manos hacia el sector donde su equipo atacaba, fueron un soplo de aire fresco para los que amamos el fútbol, en el buen sentido de la palabra. El Pelado cambió el viejo "Dale, dale...." sin contenido que tenía en River, por este "vamos, vamos...." que es toda una declaración de principios.
Porque el fútbol es eso, ir al frente. Si se puede con buena técnica, por medio de paredes, caños, taquitos, rabona o quiebres de cintura, mejor. Si no, aunque sea con la actitud de creer con convicción que el arco de enfrente debe ser el objetivo primordial de todo equipo.
Ya basta de tacticismos, de conseguir la diferencia mínima y empezar a meter mano en el banco de suplentes para “cuidar el resultado”. ¿Cuidarlo de qué? ¿Le va a pasar algo, lo van a matar, hay que guardarlo en una cajita para siempre? Claro, ¿quién piensa en nosotros, los que estamos parados en la tribuna, o sentados en la platea o en casa frente a la tele para ver un buen espectáculo? Pocos.
Es obvio que los carrileros, los doble-cincos, los cabeza de área, los 4-4-2 y los entrenadores timoratos que abundan en el fútbol mundial, nos han perjudicado. Ya no hay lujos para llenarse los ojos, o jugadores capaces de, con un firulete, hacernos olvidar que nuestro equipo hace rato no gana o se está por ir al descenso. Pobre de aquel al que se le pianta un lagrimón (Carlos Bilardo, por caso) porque un jugador corre tanto por su lateral que deja un surco al lado de la línea de cal. ¿Eso es fútbol? No, claro que no. Eso es atletismo. Vayan al CeNard a ver a los velocistas y déjennos a nosotros disfrutar tranquilos de los librepensadores del fútbol, de los desobedientes, de los que juegan “libres”, buscando llegar al arco rival como Dios manda, con buen gusto, con auténtico paladar negro.