jueves, 24 de abril de 2008

Por fin un auténtico paladar negro en Independiente

Yo no soy de Independiene. Soy de River. Sí, ya sé que el auténtico paladar negro, por tradición, es el de los hinchas del Rojo. Pero los Millonarios lo adoptamos hace rato y, entre los dos clubes, solemos prestarnos la bandera del jogo bonito. Aunque hace rato que ninguno la pueda llevar bien alto, al menos tratamos de pedir a los que dirigen las instituciones y los planteles que hagan algo por el bien de la tribuna.
Hecha esta salvedad, celebro la llegada de Claudio Borghi al fútbol vernáculo. ¿Se acuerdan del Bichi? Los de mi generación, los nacidos en los 70, sabemos que el que dentro de unos días se calzará el buzo de DT de los de Avellaneda, era un exquisito defensor del buen fútbol, el del potrero, el que llena la vista. Si hasta repatentó la vieja rabona, de tanto hacerla en los partidos.
Claro, su cuna fue (cuándo no, fuente de talentos eternos) Argentinos Juniors, con quien brillò en la Libertadores del 85 y fue la figura del memorable partido que los Bichos Colorados perdieron con la Juventus por penales. Después de un paso por Europa sin estridencias, lo disfrutamos un poco los de River, los del Rojo, los de Huracán, los de Platense, varios clubes en Chile...
Y ahora en Colo Colo mostró sus buenas intenciones como DT. Ojalá que en Independiente pueda hacer que se juegue bien, algo que no pasa hace rato.
Alcemos las copas por el arribo de un auténtico exponente del paladar negro. De uno que sabe con la pelota y de qué se trata ir hacia adelante con elegancia y virtuosismo.
Salud Bichi, mire bien lo que tiene, vea en las inferiores del Rojo qué se puede sacar y dele a Daniel Montenegro, Ismael Sosa y al Patito Rodrìguez los compañeros que se merecen. Confío en usted, vea que los de paladar negro no tenemos últimamente mucho de dónde agarrarnos.